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Por F. Xavier Agulló. En Blog Responsable queremos conmemorar el Día Internacional de la Mujer con un planteamiento propositivo y positivo. De origen incierto, a menudo asociado a la muerte de 146 mujeres obreras a manos de su empresario en 1.847 pero que en realidad tiene más que ver con la revolución rusa de 1.917 (ver cronología de la ONU), la conmemoración de un día de la mujer se remonta a inicios del s. XX. De hecho, hasta hace pocos años, fue oficialmente llamado Día de la Mujer Trabajadora, seguramente por sus orígenes comunistas, pero en los últimos años se ha querido priorizar desde la ONU otros rubros como la erradicación de la violencia contra mujeres y niñas, lo que seguramente ha conducido a su denominación más genérica.

Para este día, he pedido a las colaboradoras de BR que pensaran una propuesta que les suscitara dicho día. En algunos casos debo decir que algunas han preferido abstenerse, y lo entiendo, pues no es un día sino 365 los que debemos dedicar a mujer, como al hombre, como a la no discriminación y la igualdad de género.

#1. Más Jefas de Estado y menos guerras

Por Alexandra Millán. A lo largo de la historia, las Jefaturas de Estado en muchos países, para no decir la mayoría, siempre han estado en manos del sexo masculino. ¿Qué hubiese pasado si el género femenino hubiere tenido un papel preponderante en la esa posición? ¿Qué hubiese pasado si los procesos de Paz hubiesen sido manejados por las mujeres desde los inicios?

Estas interrogantes nos las formulamos ya que la opción por la Paz ha sido una tradición histórica feminista, han sido un legado de iniciativas hacia la no violencia y la oposición a la guerra. Las mujeres han sido protagonistas de iniciativas innovadoras para construir la paz, a menudo son las primeras en iniciar el diálogo entre comunidades divididas y haciendo posible avanzar hacia la reconciliación, este es el caso de Israel y Palestina, donde la colaboración entre mujeres de ambas comunidades no solo ha servido para demostrar que el entendimiento es posible, sino que ha dado lugar a la construcción de un movimiento mundial de mujeres contra la guerra y el militarismo desde el feminismo: mujeres de negro.

Las mujeres se han caracterizado en denunciar las consecuencias nefastas que traen a la población civil los conflictos armados, han creado redes de apoyo las cuales han beneficiado a innumerables personas.

Otro ejemplo digno de considerar fue el del proceso de paz surafricano, donde la participación femenina proporcionó un espacio adecuado para aportar testimonios acerca de los crímenes cometidos contra las mujeres en la época del aparthei y de este modo se obtuvo una visión más completa de lo que sucedió.

Si las mujeres hubiesen sido Jefes de Estado cosas tan terrible como las guerras hubieran sucedido? No lo sabemos, la reflexión queda solo para expresar que posiblemente la historia fuera otra y no tendríamos un saldo en negativo para con la humanidad.

En el mundo sólo hay 13 jefas de estado y en los parlamentos sólo ocupan el 17% de los escaños. En todo caso, está la huella del esfuerzo realizado.

#2. Tener medios de comunicación con más sensibilidad social

Por Cristina Almirall. Más a menudo de lo que nos gustaría la publicidad y los medios de comunicación tratan de manera poco respetuosa, discriminatoria y estereotipada a la mujer, y esto a pesar de que la mujer participa de un modo muy activo en la sociedad.

En una sociedad donde las mujeres tuvieran mayor representación en los lugares de poder de los medios de comunicación y de más empresas de publicidad, seguro que habría una mayor adaptación a la realidad y se emitirían mensajes más adecuados y respetuosos. De este modo se ayudaría a combatir situaciones de discriminación y violencia, cambiaría muchos clichés y maneras de pensar y actuar, y entre otras cosas, no habría tanta resistencia al cambio.

Si las mujeres estuvieran más representadas en los medios de comunicación y empresas de publicidad, la mujer tendría más visibilidad de la que tiene actualmente y se incorporaría en los medios de comunicación y empresas publicitarias sus valores, capacidades, así como su gran diversidad y riqueza.

Además seguramente podríamos asistir a un cambio de filosofía en los medios de comunicación, no se emitiría tanta “televisión basura” y dispondríamos de más información relacionada con mujeres y relacionada con temas sociales y educativos y culturales.

Los medios de comunicación parecen haber perdido de vista que juegan un papel relevante en la educación, valores y cultura puesto que parecen olvidar muy ligeramente lo mucho que influencian y marcan a las personas en sus patrones de conductas y pensamientos.

A menudo mujeres de todas las edades son tratadas como pasivas, dependientes, sometidas, cuidadoras de sus hijos, hijas y maridos, preocupadas sólo por la felicidad del marido, amas de su casa, ocupadas excesivamente de su belleza,...A menudo se muestra su cuerpo como reclamo y se la trata como un objeto sexual.
El sexismo está más en boga de lo que debería. Y sino hagamos una prueba. Tratemos de recordar algún mensaje de comunicación sexista, y seguro nos vendrá rápidamente a la memoria más de uno. O recordemos alguna polémica reciente sobre el trato irrespetuoso a las mujeres. O pensemos en alguna triste noticia de violencia de género.

Si las mujeres representaran en mayor parte a los medios de comunicación muchas de las situaciones anteriores no se permitirían y no sucedería que aparecerían en los informativos cuantitativamente en menos ocasiones que los hombres, un 22%. Grave, puesto que cuando aparecen por encima de los hombres, mayoritariamente aparecen como artistas de la cultura, arte, moda, fama, y, en segundo lugar como víctimas protagonistas de la violencia machista o de sucesos
Si las mujeres representaran en mayor parte a los medios de comunicación las iniciativas sociales serían más visibles y este tipo de mensajes ayudaría a tener una visión más amplia de la sociedad, de lo que ocurre en ella, y de lo que les ocurre a las personas que en ella viven.

#3. No conformarse

Por Aldonza González. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, pensaba escribir una reflexión sobre cómo ha progresado – que lo ha hecho- la situación de la mujer en México en las últimas décadas. De cómo hace poco más de 50 años no teníamos derecho constitucional al voto, cosa que ahora nos parecería inverosímil. Pero, mientras me documentaba, fui abriendo antiguos cajones de información y descubriendo nuevos, para darme cuenta que a veces mi priviliegiada situación como mujer trabajadora en su ámbito profesional no me permite ver que falta mucho camino aún por recorrer.

Para este día me he quedado sin doctas opiniones. Me conformaré con ocho preguntas, frustrantes por el sólo hecho de su pertinencia. Preguntas para que reflexionemos sin importar el género, porque, en efecto, somos iguales: cómplices y víctimas de la mayoría de problemas que aquejan nuestra sociedad, sean grandes o pequeños, cotidianos o puntuales.

He aquí las preguntas que me hago en un día como hoy (aunque debería hacérmelas siempre):

1. ¿Por qué todavía se ve a la mujer como única responsable de la educación de los hijos?
2. ¿Cuándo se resolverá el caso de las muertas de Juárez?
3. ¿Por qué seguimos viendo como acto de caballerosidad que el hombre pague todo a su novia aunque los ingresos de ésta sean iguales o mayores que los de él?
4. ¿Por qué en algunas comunidades aún se tolera que, como parte de las costumbres, se obligue a una mujer a casarse con su violador?
5. ¿Por qué la policía hace escarnio de las víctimas de abusos sexuales en las delegaciones, hasta el punto de preferir la víctima dejar impune el delito antes de pasar por semejante humillación?
6. ¿Cuándo dejarán de engañar las telenovelas a las mujeres diciéndoles que con un hijo se retiene a un hombre?
7. ¿Por qué latinoamérica sigue teniendo un porcentaje tan alto de madres solteras?
8. ¿Qué vamos a hacer al respecto?

#4. Más "hemisferio derecho"

Por Fernanda Figueroa. ¿Que ocurriría si la intuición femenina fuera la responsable de reescribir la historia?

La inteligencia femenina suma, no resta. Aporta al pensamiento una dosis de intuición indispensable, algo de metáfora y poesía y una visión periférica que no pierde de vista el contexto de los acontecimientos.

De todos los tópicos que he escuchado sobre las diferencias entre el cerebro de hombres y de mujeres, el que más me atrae es ese que nos adjudica un predominio del hemisferio derecho.
¿Qué implicaría esa característica si fuera cierta? Pues que dominaríamos la sede del lenguaje inconsciente, donde reside la intuición. La región de las acciones globales, metafóricas y analógicas. Mientras que el hemisferio izquierdo, que prevalecería en el sexo masculino, es donde se hilvanan los cables de la lógica, lo analítico, lo lineal y digital.

Y el tema me resulta interesante porque ha reabierto el debate donde se cuestiona si las divergencias neurobiológicas entre los sexos son las responsables de esa discriminación que aún persiste en ámbitos de poder, de la ciencia, en el terreno laboral y en otros tantos donde se desenvuelve la vida rutinaria de hombres y mujeres.

Es sabido que hasta ahora y, vaya uno a saber hasta cuando, los hombres han acaparado cada uno de los terrenos de la vida pública, ‘reservándole’ a la mujer el universo privado del hogar. La diferencia en muchos casos ha sido y es, de 10 a 2; y a pesar de que las reglas del juego están cambiando, los puestos importantes aún no están vacantes.

También, el tema de los hemisferios me sugiere la pregunta de qué hubiera pasado si el ‘lado derecho’ tomaba la batuta; cómo hubiera sido el curso de las cosas; incluso, quién hubiera contado nuestra historia.

Si la intuición hubiera primado por sobre la razón llana y dura quizá se habrían evitado muchas masacres; porque allí donde los ojos del poder se volvieron huidizos para no reconocer ciertas verdades, la perspicacia de la intuición podría haber aportado luz en la oscuridad. Tantas veces sospechamos que las cosas no son así como las cuentan y que detrás del palabrerío de los poderosos, se oculta una desdichada verdad escondida ex profeso por los espurios intereses del grupo dominante.

Y quien se atreva a afirmar que la intuición va desprovista de razón es porque no ha prestado atención a esas miles de mujeres que desde la retaguardia han escrito grandes trozos de la historia por más que ella finalmente no rubricara el documento. Y porque su pensamiento es metafórico ha sabido mitigar los sufrimientos, los desbandes y los prejuicios en su contra.
Si el hemisferio derecho hubiera tomado las armas, otra hubiera sido la causa de la derrota y si la intuición hubiera primado por sobre la lógica quizá algunos silogismos nunca se hubieran pronunciado.

Pero no se puede hacer especulaciones sobre un pasado que ya no nos pertenece, sino repensar la manera de encarar el futuro, donde quizá no deban prevalecer ni uno ni otro centro neurológico, sino aunarlos para consensuar un equilibrio merecido.

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#5. La diferencia es igualdad

Por Rosa Alonso. Llevo unos días pensando en como escribir este artículo. En lo que quiero decir, en el como decirlo, en el por qué escribirlo, en el cuando hacerlo…

A la vez, llevo unos días pensando sobre cuál es el tema más interesante a abordar. La igualdad de oportunidades, discriminación sexista, la violencia de género, evolución histórica, valoración actual, acoso, directivas...

Hasta que se me ha ocurrido hacer una cosa. Clickar en google la palabra : “mujer”. De hecho, yo quería encontrarme una página dónde no se hablara de nada más que de cocina y... listo, ya tendría el artículo del siglo!

El primer enlace que he encontrado es el de un portal dedicado a un público femenino dónde los temas de los que se habla son cocina, belleza, dietas, horóscopo, hogar, moda, pareja, salud...

Visto esto podría empezar a hablar de tópicos típicos que nos conducirían a uno debate vacío totalmente infructuoso. Pero he decidido rebelarme.

Soy mujer y como tal, he estado navegando por la página un buen rato. No me declararé una esclava de la belleza (hago lo que puedo), ni una experta en moda pero los temas me han parecido interesantes. Como también me parece interesante, por ejemplo, la acción social, el cambio climático, lo que le pase por la cabeza a Mr. Bush, las deficiencias de la RENFE o la evolución del mundo empresarial.

Quiero, desde este humilde espacio dónde escribo (y espero que alguien lea) que las mujeres digamos basta. Basta de adoptar roles “masculinos” por llegar a ser como ellos. Debemos ser libres. No nos debe dar miedo en el trabajo decir que nos gusta leer el horóscopo como también el último libro de algún escritor de moda. No nos debe dar miedo enseñar que nos pintamos las uñas y que, además, conseguimos los mismos objetivos que un hombre aplicando las habilidades de una mujer. No nos debe dar miedo decir que hacemos una lasaña de verduras buenísima y que también nos sabemos mover por círculos sociales típicamente masculinos.

Tenemos que esforzarnos para diferenciarnos. Tenemos que esforzarnos para ser mujeres. Porque, si no... de qué ha servido tanta lucha histórica?

#6. Un Día de la Equidad de Género

Por Yesenia Torres. ¿Día de la mujer o día de la equidad de género? El calendario marca el 8 de Marzo como el día de la mujer. Claro depende del calendario, en un almanaque que tiene mi abuela es el día de San Juan de Dios. Nos preparamos para un día que es de imposible olvido para los que están iniciando una relación afectiva. Algunas mujeres pasarán el día esperando a que alguno de sus afectos le diga felíz día y quizá una rosa le siembre una más tiempo a su sonrisa. No todas correrán con la misma suerte y una leve tristeza se sienta al final del día. ¿Cuantas mujeres sentirán que es su día?

Debido a eso se me ocurre la propuesta que quizá peque de conservadora: El día de la equidad de género. No sabia si existía o no y entonces Google me dió la sorpresa de un resultado (1). Probé con Metacrawler y solo obtuve tres.

Vale la pena mencionarlos:

1. En Baja California del sur de México se celebra el 30 Agosto el día de la Equidad de género
2. En un colegio de Bogotá, Colombia también se celebra este día el 8 de Marzo.
3. (La tercera es una tímida propuesta) ¿A nadie más se le ha ocurrido el Día de la equidad de Género? ¿Acaso no sería mejor que hombres y mujeres se felicitaran y se dieran presentes ese día por igual, por su labor, porque cada uno es importante para la vida, para la economía, para la politica, para la religión?

Claro que no sería justo con las mujeres que murieron quemadas luchando por sus derechos, ¿pero acaso se hace justicia celebrando un día que de una u otra forma tiende una barrera conceptual y es equivalente al día del indigena, el dia de la raza negra, el día de la discapacidad, etc?

Un día que hace ver a las mujeres como una minoría, como un grupo frágil y no como la fuerza que constituyen en el panorama socioeconómico del siglo XXI. Acaso no es el comercio el más interesado en este día, para que el 9 de Marzo todo siga siendo igual sin otro resultado que el presente del día anterior para las que tuvieron la fortuna o una flor más se marchite en la mesa de los sentimientos para las que no llegaron a tener esa coincidencia entre la memoria y la intención.

El ‘techo de cristal’ que separa a las aptitudes de los logros

Por Fernanda Figueroa. Algunas investigaciones tanto internacionales como locales dan cuenta de que en el terreno de las ciencias, por ejemplo, las mujeres pierden un cuerpo de ventaja frente a sus pares masculinos; menos del 30 % del total son científicas. Y si se distribuyen estas cifras en continentes, se puede resumir que aunque parezca paradójico, en Latinoamérica y el Caribe (países tercermundistas), las mujeres representan un 46 % del total, en contraste con el escaso 15 % de las asiáticas y el 30% de las africanas y de las mujeres del oeste y del centro de Europa.
En países del primer mundo como España, el 60% de los nuevos licenciados son mujeres, pero estas sólo ocupan el 9% de las cátedras universitarias.

Argentina forma parte de los países de América Latina donde las investigadoras representan el 51% del total, junto con Brasil y Venezuela, pero su realidad está lejos de ser tan optimista como las estadísticas, porque la igualdad en la práctica no es tan frecuente. Pocas ocupan puestos importantes en instituciones y en cátedras y no se les tiene la misma consideración al momento de aspirar a subvenciones para la investigación. Si bien en general sus promedios son más altos y son más las que terminan sus carreras universitarias, cuando la mujer entra en el terreno laboral, los reconocimientos decrecen, sobre todo para los puestos donde se toman las decisiones.
El mismo “techo de cristal” marca el límite de su ascenso a puestos jerárquicos en empresas, en política y en instituciones. Pese a que se va expandiendo la opinión sobre las ventajas que tienen las mujeres para liderar en el mundo corporativo actual.

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